danitarrino escribió:
Un saludo. Soy un chico nuevo por aqui que pretende estudiar cine y que, como puede, ve algunas películas de vez en cuando para culturizarse.
Hoy he visto la película "Magnolia" (Paul Thomas Anderson, 1999) y, personalmente, me ha gustado muchísimo, pero lo que más me ha gustado ha sido cómo se ha llevado a cabo y, sobre todo, la lluvia de sapos.
Este último elemento, la lluvia de sapos, al haber buscado yo en internet sobre su simbolismo, ha aparecido criticada como "patética". Tal vez sea patética pero al verla se me han iluminado los ojos. Se supone que "Magnolia" es una película que pudiera darse en la vida real. Es decir, el mundo que plantea es un mundo como el nuestro, no es como Harry Potter (plantea un mundo mágico en el que la magia es posible) ni como películas de alienígenas.
¿Cómo se da una lluvia de sapos en la vida real? Simbolismo. Pero no un simbolismo verbal como pudiera ser que hablemos de agua corriente y queramos decir fertilidad, sino visual. El cine es imagen.
Déjame citarme:
el blog de rising escribió:
La otra cosa en la que he estado pensando vino tras revisar, por, digamos, trigésimo quinta vez, "Grand Canyon" de Lawrence Kasdan. Ya sabéis, peli coral de muchos personajes preguntándose a dónde va el mundo, y claro antecesor de (la floja) "Crash". Mirando entre metáfora visual y metáfora visual, vi realmente algo nuevo en este tipo de películas. No sé si os habéis percatado, pero tanto ésta como "Vidas cruzadas", como "Magnolia", como cualquier otra que trate temas similares como "La tormenta de hielo" o "Winter Sleepers", tienen una dualidad palpable: por un lado intentan retratar de forma realista actitudes cotidianas, pero por otro, entre escena costumbrista y otra que retrata la rutina, hay un elemento de escapismo, un elemento fantástico, un fenómeno meteorológico que funciona mucho más que como una "falacia patética", sino como algo que cualquier cineasta, cualquier persona, desea: desafiar a las leyes de la lógica. Desafiar a la realidad. Creer en los milagros, en lo sobrenatural, pase lo que pase. Siempre va a ocurrir algo, tarde o temprano, una señal, que nos desvíe de nuestra dirección. Es algo que tiene que ver con la huída de responsabilidad que tenemos cuando no sabemos afrentar un problema, que nos hace gritar porque algo o alguien del exterior nos de el empujón necesario, pero no sabemos como convocarlo. En todas estas películas se convocan, porque los personajes evolucionan. En la vida real... no suele. Pero hasta un director que quiera ser ultrarrealista es incapaz de enfrentarse a eso, y siempre se inventa algo que de salida a una situación. Comprobadlo.